Para los audiófilos, la colocación de bocinas es esencial para obtener la mejor calidad de sonido. No importa si los equipos son caros, sofisticados, de vanguardia o vintage, el cuarto y la colocación de las bocinas desempeñan un papel crucial.

He aquí cinco recomendaciones que todo integrador debe conocer para dar buen inicio a un sistema HiFi en un espacio de audio dedicado.

Análisis acústico inicial: comprender el espacio

Antes de colocar las bocinas, se debe comprender el comportamiento acústico del sistema en el lugar. Es preciso observar, medir y hacer consultas con despachos de arquitectura acústica; por ejemplo, es imprescindible saber las siguientes cuestiones:

  • Dimensiones del espacio físico: el tamaño y la forma de una sala afectan el comportamiento de las ondas sonoras en la sala. Por lo general, los cuartos rectangulares tienden a ser más predecibles que las habitaciones de forma irregular, ya que se pueden producir reflexiones no deseadas.
  • Materiales de construcción: mientras que las superficies duras, como el concreto y el vidrio, son reflejantes, las superficies porosas, como alfombras, cortinas e incluso los sillones, son absorbentes a los sonidos.
  • Modos resonantes: identificar los modos propios del ambiente es crítico para asegurarse de que no haya picos ni cancelaciones en la respuesta de la frecuencia. En este sentido, un micrófono de medición con un software de respuesta de la habitación como Room EQ Wizard, por ejemplo, podría resultar útil.

Posicionamiento en altavoces: la regla del triángulo equilátero

En un sistema estéreo, se ha utilizado un triángulo equilátero como una de las técnicas de colocación de bocinas más comunes entre los entusiastas del audio. (aunque existen otras). Esta “receta” tiene conceptos muy básicos:

Distancia entre bocinas: La separación entre las dos bocinas debe ser igual a la distancia entre cada bocina y el punto de escucha. Con esa formación se logra un triángulo equilátero virtual.

Altura de las bocinas: los altavoces deben ubicarse a una altura que coincida con la altura de la oreja del oyente cuando está sentado. Además, los tweeters deben

ser directamente perpendiculares a los oídos para una reproducción precisa de altas frecuencias.

Ángulos: Las bocinas a menudo se apuntan hacia el oyente, creando un ángulo de entre 30 y 60 grados, dependiendo de la directividad de la bocina. Este enfoque crea un campo estéreo consistente y una imagen estéreo precisa.

La regla del triángulo equilátero es un buen inicio de experimentación, pero los audiófilos siempre están en la búsqueda de la colocación perfecta, así haya variaciones de 1 pulgada cada vez que “mueven bocinas”.

Distancia a las paredes y superficies reflejantes

La proximidad a las paredes y los reflejos por otras superficies pueden influir significativamente en la respuesta de frecuencia. Hay que tomar en cuenta que la respuesta de frecuencia es un parámetro dinámico que cambia en cada instante al reproducir sonidos o música (lo mismo que sucede con la impedancia).

Bocinas cercanas a la pared: Colocar las bocinas demasiado cerca de una pared puede reforzar las frecuencias bajas, generando sonido boomy, sin definición. Este es el “pecado de terror” al que se enfrentan los audiófilos. Nadie quiere un sonido boomy (sucio por tantos graves).

La adecuada colocación de bocinas también minimiza las reflexiones tempranas, aunque para ello deban separarse los altavoces entre 1 y 2 metros de las paredes laterales. Esto no siempre es posible, por eso se recurre a materiales absorbentes que ayuden en esa complicada labor.

Los graves son las frecuencias más complicadas de controlar y contener y pueden provocar severos problemas en situaciones de escucha crítica. Los expertos recomiendan trampas de graves en esquinas o techos para detener el exceso de frecuencias graves. La fabricación de trampas de graves es un tema técnico bastante avanzado y solo se realizan bajo pedido de acuerdo a las condiciones acústicas del espacio y después de haber hecho las correctas mediciones.

Reflexión y absorción, las claves del equilibrio

Las denominadas reflexiones tempranas suelen ser el dolor de cabeza de audiófilos y expertos en acústica. Estos son los sonidos que “chocan” con las paredes y que se generan hasta 20 milisegundos después del sonido original; estas reflexiones distorsionan la imagen sonora y “ensucian” la claridad de la reproducción. A fin de cuentas, estarás oyendo dos señales y nuestro cerebro es capaz de discernirlas.

Para minimizar las reflexiones tempranas, se recomienda colocar las bocinas a una distancia de 1-2 metros de las paredes laterales, siempre que sea posible.

Para controlar las reflexiones se ocupan métodos con barreras físicas para detener, absorber o reflejar esos sonidos indeseados; estos se dividen en:

Paneles absorbentes: Operan en rango de frecuencias específicas (generalmente rango medio) y deben de colocarse en puntos de inflexión muy específicos para poder absorber esas frecuencias. Algunos se construyen con lana mineral, textiles o fibras de carbono.

Difusores: Generalmente, se instalan en paredes traseras y ayudan a dispersar el sonido de manera uniforme, manteniendo la energía acústica sin ecos y “rompiendo” esos sonidos indeseados. Normalmente, se fabrican con láminas de madera montadas en un bastidor.

Tratamiento del piso: Se recomienda el uso de tapetes o alfombras gruesas para evitar o al menos minimizar las reflexiones sobre pisos de superficie dura.

Fine-Tuning: Balanceando el Sonido Directo y Ambiente

En sistemas High End, equilibrar entre el sonido directo y el sonido ambiente (o reflejado) es esencial para una mejor experiencia de escucha.

Toe-In ajustable: Los usuarios pueden experimentar con el ángulo de las bocinas para balancear la imagen estéreo y la dispersión del sonido. Hay quienes prefiere colocar las bocinas perfectamente rectas y perpendiculares al asiento de la escucha (el famoso sweet spot), mientras que otros experimentan moviendo el ángulo de las bocinas “hacia adentro” (toe-in), apuntando al sweet spot.

Ecualización de la habitación. Los parámetros de ecualización y los sistemas room EQ automáticos como Dirac Live o Audyssey pueden corregir las irregularidades en la respuesta de la frecuencia causadas por la acústica propia del ambiente. Estos sistemas DSP son herramientas altamente sofisticadas y verdaderamente eficaces.

Pruebas de escucha: Es importante realizar pruebas con material musical que se conozca y con muchos géneros musicales diferentes. Esto permitirá ajustar la posición de las bocinas y el tratamiento para lograr el sonido balanceado.

Los subwoofers son un caso muy especial y requieren experiencia y paciencia en la colocación; en otro post platicaremos sobre ellos.

La disposición de bocinas en un cuarto HiFi o High End no se limita a la física, y es un proceso que combina la ciencia, la técnica y el arte. Un espacio bien tratado en términos de materiales acústicos, junto con bocinas ubicadas de la manera correcta, pueden convertir un sistema de alto desempeño en una experiencia verdaderamente maravillosa de escucha.

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