Hoy vivimos 100% conectados al internet y cuando éste falla, nos sentidos desprotegidos, ansiosos, improductivos y hasta aburridos.
Pensemos en la escena: estamos en la casa de campo, llueve intensamente y reunimos a la familia entorno a la televisión para ver alguna una película clásica, digamos Hugo, de Martin Scorsese. Tenemos listas las bebidas y las botanas. Empieza la acción y 3 minutos después, se congela la imagen, unos segundos después tenemos la notificación en pantalla que no hay acceso a Internet. Y no regresa, y los niños ilusionados tendrán que regresar a sus habitaciones.
Nuestra dependencia es total y absoluta al internet: sin él, no hay música en Spotify, ni series en Netflix, entonces la diversión se acaba.
Bueno, pues hay una manera de solucionar todos estos problemas. Se llaman Media Servers y viven dentro de uno o varios NAS.
Los Network Attached Storage, no son otra cosa que discos duros conectados a la red, obviamente incluyen una configuración y un software dedicado y nos ayudan a concentrar nuestros medios en un lugar seguro y desde el cual podemos acceder desde cualquier dispositivo (un media streamer como un Apple TV), una Tablet, un Smartphone… la gran ventaja es que no requieren forzosamente que estemos conectados a Internet. Esto porque ya hemos “vaciado” nuestros archivos de audio, música, videos, películas, series y más en esos discos duros, de manera que solo basta “llamarlos” desde un dispositivo que se encuentre en la misma red local.
Los NAS funcionan desde hace muchos años en las empresas y grandes corporativos pues es la manera de consolidar la información y poderla compartir en red de manera rápida y segura y sin depender de los servicios en la nube, que pueden ser susceptibles a caídas o a vulnerabilidades por mal uso (hackers).
Bueno, pues los NAS son una bendición en el hogar y un integrador podría realizar el trabajo de “juntar” y organizar todos los contenidos de entretenimiento de una familia para luego dar acceso a través de diversos dispositivos. Para ello tendrá que implementar un NAS con discos duros de gran tamaño (HDD o SDD) y en configuración RAID (redundantes) y montar un software Media Server como Plex. Los contenidos pueden venir de formatos físicos (piensen en DVD´s, Blu-rays o CD´s de la familia) o incluso de internet (en ese caso, es obvio que se necesita una conexión de amplio ancho de banda y alta velocidad).
Para poder “almacenar” los DVD´s y BD´s habrá que rippearlos y convertirlos a un formato casi universal como el MKV. Para esto se necesitará de un proceso que implica quitar la protección anticopias de DVD´s y BD´s con programas como DVDFab, Handbrake, MakeMKV, Acrok Video Converter o VidMore Monster. Una vez digitalizados y convertidos a un formato como MKV se quedan guardados en un NAS.
Con cierto expertise es posible “bajar” los capítulos de una serie o programa de TV y alojarlos en el disco duro, de manera que puedan verse sin necesidad de internet. Así funcionan los softwares como Sonarr, Sickbeard o Sickrage por ejemplo, que van descargando las series tan pronto van apareciendo. Es preciso entender un poco las redes torrent para lograrlo.
Un media server como Plex puede ser instalado en streamers como Apple TV´s y así “jalar” los contenidos almacenados en un NAS, con ello se obtiene una interfaz gráfica como si fuera Netflix.
Esta idea del servidor de medios con NAS es muy funcional en yates, en casas de playa o de descanso, ranchos y aquellos lugares donde el internet sufre de muchas interrupciones. También es ideal para aquellas familias que posean mucho material en soportes físicos (recordemos que no todo está en Netflix) y que haya coleccionado muchos DVD´s o BD´s de películas de arte, por ejemplo.
Así aquí hay una oportunidad para entregar diversión, incluso sin internet. Tal vez sea momento que te especialices en los famosos Media Servers con NAS.
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